Nos quedamos sin microchips. Las penurias de la industria automotriz.

Me gustó la nota de José Rivero, Country Manager de Infor México que paso a glosar.

Desde hace un año, la escasez global de microchips impacta fuertemente en el mercado automotriz y parece no haber una rápida resolución a la vista. Cuenta José Rivero que esta disrupción en la cadena de suministro concentra “la atención de líderes y expertos en la industria de todo el mundo, pero, a pesar de ello, el problema persiste”. Es simple, no hay suficientes chips para satisfacer la demanda. Algunas tácticas de corto plazo - como la que contamos en este blog en el mes de octubre aplicada por Tesla- ayudan a disminuir las pérdidas, pero para solucionar el problema de fondo se requieren cambios a largo plazo en estrategia y planeamiento de la cadena de suministro. Afortunadamente, sostiene Rivero, “contando con tecnología avanzada se puede mitigar considerablemente el impacto de las disrupciones en la cadena de suministro en el futuro”.


Alvaro Perez Uz

¿Como afecta la escasez actual de chips a la industria?

Es sabido que los automóviles se han transformado literalmente en smartphones sobre ruedas, y, detalla Rivera, “los semiconductores se han vuelto cada vez más críticos para una cantidad de aplicaciones, desde sensores de presión de combustible, velocímetros digitales, herramientas con inteligencia artificial que ayudan en el estacionamiento, buscar la estación de servicio más cercana o para alertar que hace falta un cambio de aceite”. 

No por nada hace quince años atrás un alto directivo de Mercedes Benz me comentaba, hablando de las dificultades de diferenciación entre autos de alta gama, que un automóvil era simplemente -lo cito- “un chasis, cuatro neumáticos, un motor y dos ordenadores”. Por eso es cierto lo que afirma Rivero, que sin “estos dispositivos diminutos, la recuperación de la industria automotriz post pandemia está demorada, y las empresas se ven imposibilitadas de cumplir con los pedidos.” 

Las estimaciones varían, pero las más firmes aseguran que el impacto en los volúmenes globales de producción será de entre 7 a 8 millones de unidades, y McKinsey informa que los principales productos de vehículos han anunciado considerables bajas en su producción debido a la escasez de chips, bajando la facturación esperada en varios miles de millones de dólares para el 2021.

Entonces, ¿qué pasó con los chips? 

El problema, cuenta Rivero, “comenzó en los primeros meses de la pandemia de COVID-19, cuando las ventas de autos cayó casi un 80% en Europa, 70% en China y casi un 50% en los Estados Unidos. Esto también se reflejó en América Latina. La falta de demanda de autos nuevos causó el cierre de fábricas, los trabajadores fueron a sus casas y los pedidos de repuestos y componentes, como los semiconductores se cancelaron. Esto fue no ver a largo plazo.”

Es que, según un reporte de Tech Republic, cuando las Original Equipment Manufacturer (OEMS) cerraron y se cancelaron los pedidos, evidentemente dejaron a los proveedores de chips con capacidad en exceso en el inventario. Al mismo tiempo, otros sectores industriales necesitaron más semiconductores para satisfacer las demandas de consumo durante el confinamiento en las casas y de trabajadores remotos. Tanto las ventas crecientes en PCs, Tablets y electrónica para estudiantes y trabajadores que tuvieron que instalar áreas de trabajo en sus casas y un mayor uso del streaming colaboraron a utilizar gran parte del stock existente de chips. Y estas demandas siguen vigentes. 

En definitiva, el impacto es amplio, va mucho más allá de los frustrados compradores de automóviles.  Cuando las fábricas no pueden fabricar se quedan sin stock y en el mediano plazo cierran, consecuentemente se pierden puestos de trabajo y todo ello impacta negativamente en la economía. 

Alvaro Perez Uz

Industry Week  señaló recientemente las ramificaciones políticas de este asunto: “La escasez de chips que afecta a la manufactura, tiene un impacto masivo en la economía de los EE.UU., disminuyendo la producción de automóviles y aumentando los precios”.  El gobierno estadounidense se ha reunido con ejecutivos del sector de semiconductores y con sus pares en Europa en un intento por resolver el tema actual de los chips y buscar soluciones a largo plazo.

Según Fleetnews del Reino Unido, “el sector está claramente navegando una disrupción. Los productores de autos debido a la escasez de chips están obligados a aprender de la situación actual para adaptarse y prepararse para el futuro en una forma más eficiente”.

Rivero comenta que algunas OEMs “están haciendo cosas por su cuenta, intentando desarrollar sus propios microprocesadores y hasta su propio software (...) muchos expertos lo consideran económicamente no práctico, ya que los chips automotrices son de bajo valor, son ítems de commodities. Invertir en desarrollarlos es una actividad de alto costo que tomaría años en ser rentable.”

La excepción es Tesla, como ya lo comentamos, y su recientemente diseñado microchip para su sistema “Full Self-Drive”. La inversión entonces puede ser rentable. En el segundo trimestre, el productor de autos tuvo un número récord de vehículos llegando a los USD 1 mil millones de ganancia neta por primera vez.

Recientemente se anunció que la Unión Europea piensa ocuparse de este tema por medio de la legislación, esperando crear una “soberanía tecnológica” en caso exista escasez en el futuro. La UE, por su parte, quiere ser la fuente del 20% de la producción de semiconductores del mundo a finales de la década, conforme al roadmap presentado en marzo por la Comisión Europea.

¿Qué se puede hacer a corto plazo para resolver el problema la escasez de chips?

Gartner sugiere que las empresas automotrices se mantengan atentas, continuando la negociación con los proveedores de chips. “La actual escasez de chips es una situación dinámica, por lo que es esencial entender que cambiará continuamente. Realizar la trazabilidad de los indicadores líderes como las inversiones de capital, índice de inventario y crecimiento en la facturación del sector de semiconductores es un indicador temprano de la situación en el inventario, que puede ayudar a las organizaciones a estar alertas sobre el tema y ver cómo sigue el crecimiento de la industria en general”, dice Gaurav Gupta, vicepresidente de investigación en Gartner. 

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