Cómo ser una empresa responsable. La visión de Paul Polman

Nos pareció relevante traer hoy al blog un resumen del artículo publicado en la Harvard Business Review, con motivo del nuevo libro de Paul Polman (ex CEO de Unilever) junto con Andrew Winston: “Net Positive: How Courageous Companies Thrive by Giving More Than They Take”. En el libro describen cómo tiene que ser una empresa que crece ayudando al mundo a prosperar.

Los autores exponen las dimensiones fundamentales de los negocios que crean valor duradero y crecen ayudando al mundo a prosperar. Definen a la empresa neta positiva como aquella que «mejora el bienestar de todos a los que impacta y a todas las escalas: cada producto, cada operación, región y país, y para todos los stakeholders, incluidos los empleados, los proveedores, las comunidades, los clientes e incluso las generaciones futuras y el propio planeta».

Alvaro Perez Uz
Net Positive World

Polman basa su postura en ejemplos de Unilever, obviamente los conoce de primera mano, pero también de otras empresas líderes, y describen cuatro caminos críticos que las corporaciones puede seguir para prosperar en el mundo de hoy y ganar en el futuro.

Unilever no está sola.” afirma Postman. “Prácticamente todas las 500 empresas más grandes del mundo han establecido objetivos energéticos o de carbono, por ejemplo, y la retórica de los líderes está cambiando.” Es evidente que cuando el director general de Walmart habla de convertirse en una "empresa regenerativa", algo importante está sucediendo. La retórica no es la acción, eso es evidente, y aún son muy pocas las empresas que apuntan lo suficientemente alto, pero este manifiesto señala que el trabajo ha comenzado y no hay vuelta atrás.

Los cuatro caminos

  1. Operar primero al servicio de los múltiples grupos de interés, lo que luego beneficiará a los inversores (a diferencia de poner a los accionistas por encima de todos los demás). Una empresa neta positiva recompensa a los inversores, pero como resultado de la gestión de un negocio que sirve a los demás, no como objetivo principal. Este enfoque puede crear tensiones con los accionistas tradicionales a corto plazo. En Unilever, la solución de Paul fue decir a los inversores que ya no presentaría informes trimestrales ni orientaciones. La empresa buscaría el valor a largo plazo manteniendo una intensa disciplina empresarial. Si a los inversores no les gustaba, podían llevarse su dinero a otra parte.
  2. Asumir la plena propiedad de todos los impactos de la empresa;
  3. Adoptar asociaciones profundas, incluso con quienes son críticos;
  4. Abordar los desafíos sistémicos replanteando la defensa y la relación con los gobiernos.

Las empresas que prosperan en este nuevo entorno, sostienen Polman y Winston, se verán diferentes a las del pasado. En su visión, conceptos como la responsabilidad social corporativa y la filantropía son inadecuadas para estos tiempos. Los líderes deberán repensar qué es una empresa, cómo crece y se beneficia, cuál es su propósito y cómo impulsa el cambio en el mundo. “Por su propio bien, las empresas deben desempeñar un papel activo en la solución de nuestros mayores desafíos compartidos”, afirman.

Alvaro Perez Uz
Paul Polman

“Los inversores son una nueva adición a la lista de partes interesadas que presionan para que se tomen medidas. Los reguladores financieros exigen más información y transparencia. Los clientes empresariales están fijando objetivos no negociables en materia de clima y diversidad para los proveedores. Y las partes interesadas más poderosas de todas pueden ser los empleados, especialmente los de la generación del milenio y la generación Z, que buscan empleadores que compartan sus valores.” afirman los autores. “Organizarán huelgas o hablarán para apoyar o criticar las acciones de los empleadores en cuestiones sociales, como la mitad de los millennials estadounidenses dicen ya haberlo hecho.”

Los autores señalan que si bien “ninguna empresa ha alcanzado el ambicioso objetivo de convertirse en neta positiva. Sin embargo, un número creciente ha comenzado el viaje, lo que ha generado un mayor valor para sus empresas y está ayudando a resolver los problemas más grandes en beneficio de todos”. 

Buen ejemplo de ello son las empresas cuyos líderes están presionando a los gobiernos para que adopten más rápido políticas de cuidado climático, establezcan objetivos para convertirse en positivos en materia de carbono, asuman compromisos ambiciosos con temas como la equidad étnica y se pronuncien en contra de las leyes que restringen el voto o infringen los derechos de los ciudadanos LGBTQ. También se destaca a aquellas empresas que están creando alianzas amplias con proveedores, clientes, colegas, ONGs y gobiernos para abordar problemas sistémicos y problemas compartidos.

Jugar para ganar

La buena noticia es que, para Polman y Winston, hacerse cargo de esos desafíos representa, asimismo, la mayor oportunidad económica de nuestro tiempo, ya que mercados multimillonarios están en juego en todos los principales sectores de la economía, incluidas las tecnologías de construcción, el transporte, la agroindustria y las finanzas ecológicas.

Como conclusión, les dejo esta frase: “Quienes se pierdan este cambio sísmico se enfrentarán a una serie de riesgos existenciales. La economía de los negocios como siempre no les favorecerá, la sociedad no los aceptará y las generaciones más jóvenes no trabajarán para ellos”.

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